Ir al contenido principal

Entradas

Una ventana que dibuja un pálido desnudo.

Tierra con olor a tierra.

Apuntes al salir de un entrenamiento teatral.   Me dirijo al teatro, mi gran maestro de vida.  Amor, contigo aprendo otra música de la que ya me sé,  escuchar la misma de siempre, pero del revés.  A observar la calma y quedarme ahí  o a estallar en fuego y salir y salir.  Aprendo de lo pequeño, de lo sutil,  de lo grande, de lo indomable, de lo inabarcable.  Sobre todas las cosas aprendo de lo bello,  sobre todas las cosas aprendo del horror. De lo que tiene algo, de lo que tiene nada ya, de lo que aún guarda un trocito de alma.  Aprendo mesuras y composturas que aún siendo fáciles de abrir es mejor verlas romper.  En este hueco yo puedo ser un palo, un metal, un líquido que vuela o un gas que crea angustia crónica y que tiene algún color del que es difícil escapar.  Aquí tengo la capacidad de ver mi cuerpo desde mi cuerpo y apreciar el movimiento que nacido en algún punto lo traslado al abandono de lo que fue.  Me das la oportunidad de escuchar la  voz que sale de mis entrañas y pinta

Entradas más recientes

Gesto de amor.

Un río.

SUFICIENTE PARA VIVIR.